La situación de calle es un drama y es urgente hacer algo al respecto.
Promovemos una cultura de hospitalidad y solidaridad para quienes no tienen un sitio de descanso tranquilo.
El proceso de adaptación e inclusión al que se ven sometidas las personas de nuestro colectivo migrado es muy doloroso y su duración puede ser demasiado prolongada. Sin embargo la carencia de un lugar donde poder descansar, la situación de calle y la sensación de desamparo potencia a la máxima expresión la angustia y vulnerabilidad ante la inseguridad de la calle, sumada al deterioro emocional que esto supone.
Esta es una invitación a una solidaridad practica, acogiendo en tu hogar a alguien que lo necesite.
Una cama, un colchón, un sofá, cualquier mueble que pueda permitirle una persona vulnerable donde poder descansar y renovar energías para el reto del día siguiente, es verdaderamente un hermoso acto de humanidad.
Conectamos a personas que sufren esta vulnerabilidad con aquellas que les abren las puertas de su hogar.
Esta acogida no esta sujeta a plazo. Nos obstante, creamos propuestas para que se realice en las mejores condiciones para ambos.
Acoger a una persona supone mucho más que ceder un espacio de descanso. Es apoyar su inclusión y favorecer la serenidad que viene del buen descanso.
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